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¿Han perdido los juegos de disparos su gracia? ¿Han terminado los MOBAs convirtiéndose en más de lo mismo debido a la enorme oferta de juegos de este género en el mercado?
En una época en la que los shooters y los MOBA se llevan gran parte del pastel de jugadores activos tanto en PC como en consolas, Blizzard se ha atrevido a desafiar a quienes auguraban el fin de la popularidad de este tipo de juegos y afirmaban que la compañía madre de títulos como World of Warcraft no sería capaz de darle una vuelta de tuerca más a un género sobreexplotado.
El resultado no es otro que Overwatch, un juego de acción multijugador y disparos en primera persona que mezcla además algunas de las características que han hecho brillar a los títulos de estrategia por equipos en los últimos años, y que ofrece un enorme soplo de aire fresco en el mercado de los videojuegos. Esto es lo que nos ha parecido.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=82&v=KJgCbkpxXNg
Lo primero que debemos tener en cuenta al comenzar nuestra primera partida a Overwatch, es que por mucho que tengamos preferencias sobre unos personajes respecto a otros, cada uno de los 21 luchadores, (22 con la reciente incorporación de Ana Amari), puede resultar determinante durante el transcurso de la batalla.
Se trata por tanto de un juego en el que cada uno de los combatientes se convierte en protagonista, con una historia y un trasfondo que sus creadores, pese a no incluir un modo historia al uso en este título, han querido reflejar mediante los cortos animados y cómics digitales que se encuentran disponibles a través de internet.
Los roles de los participantes en cada partida se encuentra catalogado dentro de cuatro clases bien diferenciadas: ataque, defensa, tanque y apoyo. La clave para que nuestro equipo de 6 luchadores se alce con la victoria se basa obviamente en la habilidad de los jugadores que lo componen, pero también en nuestra capacidad de mantener en todo momento una formación equilibrada y que pueda contrarrestar los puntos fuertes del bando oponente.
Para ello se nos permitirá cambiar de personaje cada vez que seamos abatidos, de modo que podremos comenzar con una táctica ofensiva, e ir modificándola a nuestro antojo para cambiar a una estrategia neutral o más defensiva y viceversa. Siempre es importante contar con un francotirador que ataque a distancia, pero también con un sanador, un atacante frontal, un tanque capaz de soportar el grueso del ataque de los enemigos, o un trampero. Y como podéis imaginar, prescindir de uno de esos roles en nuestro bando puede mermar nuestras capacidades severamente. Incluso el propio juego nos avisa cuando esto sucede.

Cada uno de los personajes dispone de una serie de habilidades o ataques estándar que se complementan con dos técnicas recargables con el paso del tiempo, y otra especial que solo podremos utilizar cuando se haya cargado al 100% tras derribar a nuestros oponentes o participar lo suficiente en combate. Con ellas podremos abatir de un solo golpe a varios de nuestros adversarios, resucitar a nuestros aliados caídos o permitir que todo nuestro equipo pueda ver las posiciones del bando rival durante unos instantes entre otras opciones.
Aprender a dominarlos a todos nos llevará un buen número de horas y partidas, pero resulta tremendamente reconfortante y adictivo ser capaz de predecir los movimientos de cada jugador, y saber anticiparse a sus diferentes estrategias. De hecho, este es posiblemente uno de los puntos fuertes de Overwatch. Su capacidad para hacer de cada partida un espectáculo totalmente diferente con momentos épicos en los que cada jugador puede ser el héroe sin tener por qué ser necesariamente el que mayor número de enemigos derribe.

Por contra, uno de los puntos que el título dirigido por Jeff Kaplan debería mejorar son los diferentes modos de juego. Cada partida basa sus metas en los clásicos objetivos de capturar y defender x zona o transportar una carga desde un punto A hasta un punto B. Durante nuestras partidas podrá tocarnos asumir el papel tanto de defensores como de atacantes, y lo cierto es que estos modos sí que resultan satisfactorios, pero un poco de innovación que aporte nuevas formas de sacarle partido a este increíble universo permitiría a Overwatch diferenciarse aún más de sus competidores.
Cada uno de los 12 mapas que se encuentran actualmente disponibles están ambientados en entornos de países reales como Rusia, Brasil o México. Incluso Holywood y Gibraltar tienen su escenario de gloria en el juego, y todos ellos cuentan con un magnífico diseño que fomenta los enfrentamientos e impide que quienes gustan de esconderse con un rifle a disparar tengan ventaja durante las partidas. Siempre hay una puerta trasera o un segundo acceso que puede ayudar a nuestros adversarios a ganarnos la espalda, por lo que estar en continuo movimiento es fundamental para alzarnos con la victoria.

Cada vez que terminemos una partida se nos recompensará con una cantidad de experiencia que nos permitirá ir subiendo de niveles. Cuando esto suceda recibiremos además una caja misteriosa que contendrá en su interior 4 objetos aleatorios, entre los que se encuentran nuevos aspectos para los personajes, nuevos grafittis con los que decorar y vacilar a otros jugadores, gestos y celebraciones, y diferentes voces y gritos que podremos equipar a nuestros luchadores para personalizar nuestra experiencia.
Además, todo esto podrá revisarse desde el apartado «galería de personajes«, donde cada héroe del juego tendrá un número de divertidos y extravagantes elementos con los que se nos permitirá llamar la atención en nuestras partidas.
A nivel técnico Overwatch cumple sobradamente con lo esperado de un título de Blizzard. Su impresionante calidad gráfica a 1080 píxeles y 60 imágenes por segundo se ve acompañada de un acertadísimo apartado artístico y unas texturas en las que no se han escatimado detalles.
Por si esto fuera poco, cuando un puñado de jugadores se reúnen en uno de los puntos calientes del mapa el rendimiento no sólo no baja, si no que además se mantiene de forma robusta mientras se muestra un espectacular despliegue de elementos en pantalla. Explosiones, dragones y ondas aparecen por todas partes mientras el notable juego de partículas inunda nuestras pantallas. Nada que envidiar a otros títulos de su género.

El apartado sonoro tampoco se queda atrás. Desde el mismo momento en el que arranca el juego, una lograda secuencia de apertura presentada por el gorila Winston ya consigue ponernos los pelos de punta con el tema oficial del juego. Épica y fácilmente reconocible, esta brillante melodía tiene el objetivo de acompañar a Overwatch durante un buen número de años y seguro que los jugadores no se cansan de escucharla.
Durante los menús y los enfrentamientos la música también mantiene un alto nivel, llegando a su punto álgido en los instantes finales de cada partida, cuando el tiempo se agota y los equipos necesitan un empujón de epicidad para conseguir cumplir su objetivo. Simplemente memorable.
Por último debemos recalcar que Overwatch ya se encuentra disponible, pero ni mucho menos ha terminado su evolución. El equipo de Blizzard a cargo de su desarrollo continúa trabajando en el juego para añadir nuevos héroes como la ya mencionada Ana, mapas y modos de juego, todos ellos gratuitos, así como otros contenidos que todavía no han sido confirmados, como un nuevo modo Historia.

La conclusión que nos llevamos tras varias semanas jugando a Overwatch y comprobando la fidelidad de la comunidad que Blizzard ha conseguido crear entorno a la primera nueva Ip que lanza tras 17 años, es que este título tiene los mimbres necesarios para convertirse en uno de los shooters de referencia de los próximos años.
Se trata de un juego que no innova en su fórmula, pero que presenta una personalidad absolutamente arrolladora. El cuidado y el mimo con el que se ha trabajado en todos los héroes presentes en el juego queda patente en cada instante de nuestras partidas, frenéticas, estratégicas, épicas y siempre entretenidas.
La barrera de entrada para nuevos jugadores es prácticamente inexistente, pero llegar a dominar el juego por completo requerirá decenas de horas. Por si no fuera suficiente, el continuo desarrollo de contenidos por los que no tendremos que pagar más nos garantizan que Overwatch mantendrá un alto nivel de actividad durante un buen tiempo. Blizzard lo ha vuelto a hacer.
Entusiasta de la tecnología y el sector del entretenimiento. Héroe de pueblos humildes, entrenador Pokémon, francotirador, piloto de carreras, estrella del fútbol, matazombies, cazarrecompensas, Bandicoot, Jefe Maestro… Amante de las grandes historias en el formato en el que mejor puedan ser contadas.
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